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Coleccion Ruderhausen Rydén del Cementerio de Chiu Chiu


En octubre de 2011 gracias a la gentileza de Adriana Muñoz, curadora de Investigación y Documentación del Världskulturmuseet tuvimos la no planificada posibilidad de realizar un registro de las piezas disponibles de la colección Ruderhausen / Rydén del Cementerio Chiu Chiu. En base a este registro elaboré un catalogo que se centra en las fotografías de las piezas, más algunas medidas básicas y ciertas observaciones. Este se puede descargar desde AQUI. Luis Cornejo B.

HALLAZGOS DE ARQUITECTURA INKA EN EL CURSO SUPERIOR DEL RÍO JUNCAL (CUENCA DEL RÍO ACONCAGUA, IV REGIÓN)

En el marco de trabajos prácticos realizados con estudiantes de Arqueología de la Universidad Alberto Hurtado en enero de 2022 en la cuenca superior del río Juncal, tributario del río Aconcagua, se realizó el hallazgo de sitios arqueológicos que se caracterizan por la presencia de patrones arquitectónicos de clara filiación inkaica. En base a la observación preliminar de sus características se elaboró un informe para el Consejo de Monumentos Nacionales con el fin de impulsar la protección de estas evidencias, dado los posibles riesgos derivados de proyectos de explotación minera y construcción viales que podrían desarrollarse en sus cercanías.  Descarga desde AQUI el informe.

En este trabajo participó además del autor del informe, el arqueólogo Luis Irrazabal, los estudiantes avanzados de arqueología Javiera Lopez y Estefano Espinosa de la Universidad Alberto Hurtado y alumnos del curso Métodos y Técnicas de Terreno I de la generación 2020 de la misma universidad.


Sitio Paramillo del Jucal 9-SC-9
Sitio Ventisca 4-SC-6
Sitio Rancho 0-LC-1
Sitio Túnel 11-EE-1

Homenaje de Victoria Castro Rojas y Carlos Aldunate del Solar

En el marco del XXII Congreso Nacional de Arqueología Chilena la Sociedad Chilena de Arqueología homenajeó a Victoria Castro Rojas y Carlos Aldunate del Solar. Cada uno de ellos ha dejado una profunda huella en el desarrollo de la arqueología chilena y latinoamericana. Ambos formaron el llamado “Grupo Toconce” que desde la cuenca del río Salado impulsó una nueva forma de hacer arqueología con una fuerte base en la información etnográfica y etnohistórica. Victoria ha marcado profundamente a varias generaciones de estudiantes de arqueología desde su posición de académica en los Departamentos de Antropología de la Universidad de Chile y la Universidad Alberto Hurtado. Carlos, por su parte, desde su puesto de director del Museo Chileno de Arte Precolombino llevó a esta institución ha convertirse en un importante referente sobre el mundo precolombino y en uno de los centros que ha aportado al desarrollo de la arqueología chilena y latinoamericana.

Cementerio Inka-Colonial. EL Canelo (Cajón del Maipo)

Cuando a principios de la década de 1990, junto con Javier Simonetti y Miguel Saavedra, iniciamos nuestras investigaciones arqueológicas en la cordillera andina del río Maipo (Región Metropolitana, Chile), vecinos del lugar nos comentaron de un cementerio indígena que se había descubierto en la localidad de El Canelo cuando se realizaban movimientos de tierra con maquinaria pesada. Estos informantes señalaban que aparecieron una gran cantidad de vasijas, pero no existía acuerdo de que había pasado con ellas. Unos pocos años después el arqueólogo Mario Vázquez M. se encontró en un mercado persa en Santiago con una persona que vendía una colección de vasijas que señalaba vendrían de unos “entierros” que fueron excavados precisamente en la localidad de El Canelo. Este vendedor le pasó a Mario una colección de fotografías en papel de las piezas, quien a su vez me las entregó a mí. De la colección nunca más se supo y seguramente fue vendida a uno o más coleccionistas. En base a dicha información hemos elaborado un catalogo que se puede descargar AQUI.

¿Qué es y cuál es el valor del patrimonio cultural?

En el contexto de la actual discusión sobre la modificación de la Ley de Monumentos Nacionales, que ahora pasaría a llamarse Ley de Patrimonio Cultural, creo que es necesario enfocar detenidamente un tema que ha sido escasamente definido: ¿Qué es y cuál es el valor del patrimonio? Tener alguna certeza sobre esto permite derivar correctamente las razones que debería tener el Estado para invertir en la salvaguarda del patrimonio y en su promoción. En las siguientes líneas intentaré perfilar algunas ideas en torno a dicha pregunta, principalmente desde mi experiencia como arqueólogo y hasta hace poco asesor y consejero del Consejo de Monumentos Nacionales, experiencia que sin lugar a duda se reflaciona especialmente al patrimonio material. Algunas de estas ideas las he vertido en publicaciones previas.1

En primer lugar, es necesario considerar que por esencia el concepto mismo de patrimonio hace referencia a algún tipo de riqueza en la cual se basa el bienestar de quienes la poseen y que permite asegurar en el tiempo dichas condiciones y, a la vez, incrementarlas. De la misma manera que el patrimonio económico, el valor del patrimonio cultural no radica en su materialidad, ya fuere este el valor comercial del papel con que se hacen los billetes o el valor comercial de las rocas con que esta hecho un edificio histórico, sino que en lo que por convención social ellos representan. Así el patrimonio encuentra su valor en la historia en que determinados lugares, objetos o prácticas han sido actores y que son capaces de representarla frente a quienes con él interactúan. Historia que permite entender el origen del presente y, a la vez, plantearse frente a la discusión del futuro.

Esta definición de patrimonio permite entenderlo como parte de lo que Bourdieu (1987)2 definió como capital cultural, el cual puede ser entendido como el grado de riqueza cultural que cada sujeto posee y que se manifiesta en tres formas. Por un lado, existe un estado incorporado, el que se refiere básicamente al proceso de adquisición de conocimientos por medio de las distintas vías de socialización que tenga un individuo. En segundo lugar, existe el estado objetivado, que se manifiesta por medio de la materialidad misma (p.e. libros, instrumentos u otras expresiones materiales de cultura) que son poseídos por el individuo, aunque sea por medio de la apropiación simbólica y no necesariamente relacionada a la propiedad consagrada por la ley agregaría yo. Por último, el estado institucionalizado tiene que ver con el reconocimiento formal de la competencia cultural de cada individuo, tal como un título escolar o universitario.

Estas nociones, especialmente las dos primeras, me parece permiten enfocar con mayor precisión el valor del patrimonio y resultan especialmente útiles para darle sentido y densidad histórica a lugares o eventos muchas veces asumidos como una especie de escenografía para unas vacaciones perfectas. Más allá de la educación escolar u otras maneras formales de socialización, es evidente que los individuos construimos nuestro ser a partir del lugar en que nos encontramos, ya sea que vivamos en él o estemos simplemente de pasada. Metafóricamente, si nos ubicamos en un lugar desprovisto de historia, nuestra constitución como individuos tendrá la densidad que dicho vacío nos proporciona. Sin embargo, si dicho lugar es portador de una historia representada en manifestaciones patrimoniales, tendremos la posibilidad de integrar dicha riqueza en nuestro propio capital cultural. Esto es cierto ya que, a diferencia del capital económico, el capital cultural se puede incrementar de bienes culturales que no es necesario poseer individualmente, razón por la cual es posible decir que el patrimonio cultural se debe entender como un bien público.

De esta manera, si siguiendo Bourdieu entendemos al capital cultural como un componente sustancial del habitus o el conjunto de disposiciones mentales que permiten la acción de los individuos dentro de un campo social determinado (1997)3, podemos ubicar el valor del patrimonio cultural precisamente en que es capaz de proveer principios para que las personas puedan interpretar la realidad y mejorar su agencia, es decir la capacidad de negociar en los distintos campos sociales su posición en la estructura de poder. Estos campos, definidos como un espacio social donde confluyen relaciones sociales que negocian distintos intereses, pueden ser tan diversos como la vida comunitaria, la educación, el desarrollo urbano, la planificación territorial, la creación artística, llegando incluso a la definición de cuestiones constitucionales.

Obviamente, que tengamos patrimonio no implica necesariamente que lo estemos utilizando para los fines antes señalados, ya que muchas veces éste no se auto explica o simplemente hay trabas para visualizarlo o acceder a él. De esta manera no basta que en nuestro barrio haya un edificio protegido o en nuestro territorio exista un sitio arqueológico o un yacimiento paleontológico para que ellos sean activos en nuestro capital cultural. Esto significa que la protección del patrimonio, para tener sentido, debe estar acompañada de una gestión y puesta en valor que permita la encarnación de la historia que este representa en quienes conviven con él o lo visitan. Esta tarea, si bien puede ser desarrollado por comunidades o cualquier tipo de actores privados, evidentemente al ser un bien público, como la educación, corresponde al Estado encabezarla y promoverla.

Por último, queda por definir un tema no menor respecto al valor del patrimonio y que se relaciona precisamente con el hecho que todo tiene algún tipo de historia, pero evidentemente es imposible proteger y poner en valor todo. De esto se deriva también la compleja pregunta de quién debe decidir cual historia debe ser patrimonializada. En Chile la respuesta a estas interrogantes se ha consagrado en la Ley de Monumentos Nacionales, definiéndose que es el Estado en quien recae esta atribución, solución que, si bien no están exentas de problemas, parecen adecuada ya que es precisamente el Estado quien está llamado a tomar decisiones con miras al bien público. Esta decisión se ha materializado en la existencia de un Consejo de Monumentos Nacionales, futuro Consejo del Patrimonio, entidad integrada por especialistas que representan distintos puntos de vista y que deben tomar decisiones sobre la solicitud presentadas por particulares para que determinados eventos sean protegidos -considerando que los restos arqueológicos y paleontológicos son patrimonio por el solo ministerio de la Ley-, así como establecer las formas de salvaguarda del patrimonio, autorizar intervenciones en él y promoverlo. A la vez, el Consejo tiene competencias ambientales en el campo de los Estudios de Impacto Ambiental.

Estas atribuciones hacen que este Consejo debe tratar con una versión concreta del patrimonio, el cual por esencia esta tensionado entre múltiples actores sociales que disputan si un determinado patrimonio y el territorio que le da sentido debe ser protegido, transando con los intereses de comunidades, estudiosos, proyectos de desarrollo privados o, incluso, del mismo Estado (p.e. MOP). Así es evidente que un Consejo que se enfrenta a este desafío debe ser una entidad autónoma, con las condiciones que les permitan a los consejeros ser independientes de los intereses de cualquier tipo, incluidos los de los gobiernos de turno, garantizando a la vez que las decisiones ahí tomadas tengan consecuencias jurídicas. Por otro lado, se requiere fortalecer sustantivamente las capacidades técnicas de quienes ejecutan las decisiones del Consejo (Secretaría Técnica), dotándola de una planta de profesionales bien calificada y de un tamaño acorde al tiempo en que es necesario la toma de decisiones, así como entregándoles recursos que les permitan proponer soluciones adecuadas a cada caso y tener capacidades efectivas de fiscalización.

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1) Cornejo, L. 2009. Elementos para una reflexión sobre patrimonio arqueológico indígena y legislación en Chile: La mirada de un arqueólogo. In Pueblos Indígenas y Arqueología en América Latina. C. Gnecco y P. Ayala (Eds.), pp: 253-266, Universidad de Los Andes, Bogotá // Cornejo, L.  2014. ¿Dónde radica el valor del patrimonio arqueológico? Observatorio Cultural 23 // Cornejo, L. 2017. Patrimonio arqueológico como bien público: la legitimación de una mirada americana en la construcción cultural. En: El buen vivir, interculturalidades y mundialización, Una mirada desde América Latina, pp:35-44, Skewes, J. y A. Haliski (Eds.).Editorial da Universidade Federal do Paraná.

2) Bourdieu, P. (1987). Los tres estados del capital cultura. Sociológica, 2(5), 11-23.

3) Bourdieu, P. (1997). Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción. Barcelona: Anagrama.

Segunda Circular XXI Congreso Nacional de Arqueología Chilena

 

El Departamento de Antropología de la Universidad Alberto Hurtado y la Sociedad Chilena de Arqueología convocan a la presentación de Simposios, ponencias y paneles para el XXI Congreso Nacional de Arqueología Chilena.

De acuerdo a las definiciones presentadas por la Comisión Organizadora en la primera circular se aceptarán propuestas de Simposios que busquen abrir debate y convoquen a un espectro lo más amplio posible de especialistas. Estos simposios se deberán ajustar a un formato de medio día incluyendo entre 7 y 8 ponencias, más un espacio para comentarios, o de un día completo con un total de entre 16 y 18 ponencias, más un espacio para comentarios. Este espacio para comentarios puede organizarse como conclusiones preparadas por un(a) comentarista invitado(a), un panorama ofrecido por lo/as relatore/as del simposio o un panel abierto entre los(as) ponentes. En cualquier caso, la Comisión Organizadora se reserva el derecho a asignar una propuesta aceptada a un formato distinto al elegido por los(as) proponentes.

Las propuestas deben hacerse llegar al correo electrónico xxicnach@uahurtado.cl hasta el 30 de diciembre del 2017 y deberán incluir una descripción de la temática a abordar con una extensión de entre 400 y 500 palabras, el nombre, filiación institucional y correo electrónico de los(as) relatores(as). Además tendrán que incluir un listado de al menos cuatro ponencias que hayan comprometido su participación en el simposio y que será el tope mínimo para que un simposio previamente aceptado para que se realice efectivamente.

Los criterios para la aceptación de un Simposio consideran especialmente el grado de transversalidad de la propuesta, la cantidad de ponentes que hayan comprometido su participación y la diversidad temática que ellos representen. La Comisión Organizadora informará a los(as) proponentes sobre la aceptación de la propuesta durante la segunda semana de enero de 2018.

Paralelamente se invita también a la presentación de PONENCIAS para los Simposios que fueron previamente definidos por la Comisión Organizadora. Estas propuestas deberán ser dirigidas a los relatores(as) de cada Simposio y deberán presentarse como un resumen extendido de no menos de 1000 palabras, indicado un título breve y conciso, nombre de los exponentes y los datos de contacto de él o la autora correspondiente.  Serán los relatores(as) de cada Simposio los que deberán dirimir si una ponencia es aceptada en su simposio, pudiendo proponer su presentación en una Sección de Comunicaciones o de Paneles. La fecha final para la recepción de propuestas de ponencias para estos simposios es el 30 de marzo de 2018.

Simposio I: DISCUTIENDO EL PARADIGMA NEOLÍTICO EN LA ARQUEOLOGIA CHILENA Y ÁREAS ALEDAÑAS. Relatores: Lorena Sanhueza (Departamento de Antropología, Universidad de Chile. loresan@uchile.cl) y Mauricio Uribe (Departamento de Antropología, Universidad de Chile. mur@uchile.cl). (ver Anexo).

Simposio II:  INTERACCIÓN CULTURAL, RELACIONES SOCIALES Y MATERIALIDAD. Relatores: Francisco Gallardo Ibáñez (Programa de Antropología y Centro Interdisciplinario de Estudios Interculturales e Indígenas Pontifica Universidad Católica de Chile. fgallardo.ibanez@gmail.com) y Leonor Adán Alfaro (Dirección Museológica. Universidad Austral de Chile. ladan@uach.cl).  (ver Anexo).

Simposio III: ESTRATEGIAS TECNOLÓGICAS Y MÉTODOS DE ANÁLISIS: APLICACIONES AL MATERIAL ARQUEOLÓGICO. Relatores: Fernanda Falabella G. (Departamento de Antropología, Universidad de Chile. ffalabella@vtr.net) y José Francisco Blanco (Departamento de Antropología, Universidad Alberto Hurtado. joblanco@uahurtado.cl).  (ver Anexo).

Simposio IV: SOCIEDADES HUMANAS Y MEDIOAMBIENTE. Relatores: Isabel Cartajena (Departamento de Antropología, Universidad de Chile.  isabel.cartajena@gmail.com) y Calogero M. Santoro (Instituto de Alta Investigación, Universidad de Tarapacá. calogero_santoro@yahoo.com). (ver Anexo).

Simposio V: COSTUMBRES Y DIETA EN ALIMENTACIÓN: CONFLUENCIA ENTRE NATURALEZA, CULTURA Y SOCIEDAD. Relatores: María Teresa Planella (Sociedad Chilena de Arqueología. mtplanella@gmail.com), Rafael Labarca (Instituto de Ciencias de la Tierra & Evolutivas, Facultad de Ciencias, Universidad Austral de Chile. r.labarca.e@gmail.com) y Virginia McRostie (Departamento de Antropología, Pontificia Universidad Católica de Chile. vimcrostie@uc.cl). (ver Anexo).

Se invita también a la presentación de ponencias para las sesiones de COMUNICACIONES, las cuales en esta oportunidad se han organizado en cinco áreas de especialización que agrupan a los principales tipos de sociedades que se pueden reconocer en el registro arqueológico en el territorio nacional y áreas vecinas. Estas propuestas deben ser dirigidas a los relatores de las sesiones respectivas por medio de un resumen extendido de no menos de 1000 palabras, indicado un título breve y conciso, nombre de los exponentes y los datos de contacto de él o la autora correspondiente.  Serán los relatores(as) de cada sesión de Comunicaciones los que deberán dirimir si una ponencia es aceptada considerando principalmente sus aportes sustanciales al tema central de cada sesión, pudiendo proponer su traslado a la sesión de Paneles cuando sea más adecuado para la propuesta presentada. La fecha final ara la recepción de propuestas de ponencias para estos simposios es el 30 de marzo de 2018.

SOCIEDADES CAZADORAS Y RECOLECTORAS. Relatores: Flavia Morello (Centro de Estudios del Hombre Austral, Instituto de la Patagonia, Universidad de Magallanes, flavia.morello@umag.cl) y Rodrigo Loyola (rodarkeo@gmail.com).

SOCIEDADES QUE SE INICIAN EN LA AGRICULTURA, PASTOREO Y/O PRODUCCIÓN ALFARERA. Relatores: Alejandra Vidal (Facultad de Patrimonio y Educación Universidad Internacional SEK, alejandra.vidal@usek.cl) y Flavio Ardiles (faardiles@gmail.com).

SOCIEDADES AGRÍCOLAS Y/O PASTORAS. Relatores: Roberto Campbell (Departamento de Antropología, Pontificia Universidad Católica de Chile. r.campbellt@gmail.com) y Antonia Escudero (antomorgana@gmail.com).

SOCIEDADES DURANTE EL PERIODO INKA. Relatores: Daniel Pavlovic (Departamento de Antropología, Universidad de Chile, daniel.pavlovic@gmail.com) y Natalia La Mura (amilay@gmail.com).

Sesión V: SOCIEDADES DE LOS PERIODOS COLONIAL Y REPUBLICANO. Relatores: Simón Urbina (simon.urbina.a@gmail.com) y Javiera Letelier (Universidad Austral, javieraletellier@gmail.com).

Por último, se convoca a enviar propuestas para la sesión de PANELES la cual espera recibir ponencias cuyo contenido se exprese mejor de manera gráfica. Las propuestas deberán enviarse a la Comisión Organizadora (xxicnach@uahurtado.cl) con un resumen de 400 palabras y un listado de los elementos gráficos a los cuales recurrirá. Estos Paneles estarán expuestos durante todo el desarrollo del Congreso, pero se fijará un horario en el cual los autores estarán junto a sus paneles para responder preguntas y dar más detalles sobre su presentación. Los Paneles deberán ser impresos  en tamaño A0 (84,1 x 118,9 cm) y se entregarán a la Comisión Organizadora junto con la inscripción de él a la expositora. Las propuestas de Paneles se recibirán en el correo xxicnach@uahurtado.cl hasta el 30 de marzo de 2018.

 

Todos los trabajos presentados en las distintas sesiones del congreso (Simposios, Comunicaciones y Paneles) serán publicados como número especial del Boletín de la Sociedad Chilena de Arqueología, revista que actualmente se encuentra indexada en Latindex Catálogo. Por esta razón todos los artículos que se presenten serán sometidos al proceso editorial de esta revista.

 

COMISIÓN ORGANIZADORA

Sociedad Chilena de Arqueología

Gloria Cabello B. (Presidenta)

Elisa Calás P. (Secretaria)

Daniela Valenzuela R. (Directora)

Universidad Alberto Hurtado

Luis E. Cornejo B.

Verónica Baeza D.

Victoria Castro R.

Boris Santander P.

Contacto: xxicnach@uahurtado.cl   / www.scha.cl/index.php/eventos/congresos-nacionales

 

 

ANEXO

Simposio I: DISCUTIENDO EL PARADIGMA NEOLÍTICO EN LA ARQUEOLOGIA CHILENA Y ÁREAS ALEDAÑAS. Relatores: Lorena Sanhueza (Departamento de Antropología, Universidad de Chile. loresan@uchile.cl) y Mauricio Uribe (Departamento de Antropología, Universidad de Chile. mur@uchile.cl).

“Sabemos, por el testimonio concordante de la arqueología, la prehistoria y paleontología, que la Europa actual estuvo habitada al principio por diversas especies del Homo que utilizaban herramientas de sílex groseramente talladas; que a estas primeras culturas han sucedido otras, en las que la talla de la piedra se afina; después se acompañada del pulido y del trabajo en hueso y del marfil; que la cerámica, el tejido, la agricultura y el ganado siguieron en su aparición, asociados progresivamente a la metalurgia, de la que también podemos distinguir las etapas. Estas formas sucesivas pues en el sentido de una evolución y de un progreso: unas son superiores y las otras inferiores. Pero si todo esto es cierto, ¿cómo es que estas distinciones no han reaccionado inevitablemente ante la manera en que tratamos las formas contemporáneas, sino presentando entre ellas separaciones análogas? Nuestras conclusiones corren el riesgo de estar en tela de juicio por este nuevo giro” (Lévi-Strauss, Raza e Historia en Raza y Cultura 1999, p. 43).

En una reciente síntesis, Lumbreras (2006) interpeló la forma en cómo hemos construido los procesos Formativos de la prehistoria americana y su secuencia cronológica en general. Desde su perspectiva crítica, la definición de este período resulta de la tensión generada entre la visión evolucionista lineal del colonialismo europeo y el imperialismo norteamericano, reactivo a su vez al historicismo boasiano, lo que ha dado lugar a aproximaciones neo y multi-evolucionistas que intentan explicar los cambios como un tránsito lógico y esperable de períodos y la sucesión de pueblos diferentes, unos mejores que otros. En este contexto y a través del derrotero establecido por Childe (1971), Steward (1955), White (1982) y Wittfogel (1966 [1957]) entre otros, el Formativo americano no sería otra cosa que el correlato del Neolítico europeo. Así, este paradigma, que ha vinculado unívocamente la sedentarización con la producción de alimentos, el surgimiento de la alfarería y la complejidad social, se encuentra profundamente arraigado en nuestra disciplina, a pesar de los múltiples casos que constantemente lo ponen en tensión.

Como bien señala Lumbreras, hoy se cuestiona el valor evolutivo y cronológico del concepto puesto que hay Formativos de muy diferente data, escala y características culturales. En sus términos, “No es indicador de período ni de época. En cada región su uso difiere, aunque, sin embargo, se mantiene, como se mantienen las categorías de Neolítico o similares” (Lumbreras 2006: 13).

Hoy, a más de un siglo acuñado el término y extendido a toda la América precolombina a través de conceptos como estadio Agroalfarero o período Formativo, invitamos a seguir discutiendo esta relación. Se esperan contribuciones que revisen estas transformaciones en los modos de ocupación del espacio y la movilidad, en relación al manejo y producción de recursos, agricultura y nuevas tecnologías. La idea es que a través de estudios concretos y bajo una perspectiva crítica, podamos permitan discutir estas materias de manera específica y comparativa, ya sea de procesos consolidados o en desarrollo y de todas las latitudes, escalas y rangos cronológicos en Chile y áreas vecinas.

Simposio II:  INTERACCIÓN CULTURAL, RELACIONES SOCIALES Y MATERIALIDAD. Relatores: Francisco Gallardo Ibáñez (Programa de Antropología y Centro Interdisciplinario de Estudios Interculturales e Indígenas Pontifica Universidad Católica de Chile. fgallardo.ibanez@gmail.com) y Leonor Adán Alfaro (Dirección Museológica. Universidad Austral de Chile. ladan@uach.cl).

En la historia humana reciente los tempranos viajes con propósitos comerciales alcanzaron características épicas por sus consecuencias transformadoras de las culturas en contacto como del contexto global. Esta interacción social permitió flujos de nuevos conocimientos y prácticas y el establecimiento de nuevas relaciones políticas y económicas. No se trataba de algo inusual, pues como Eric Wolf (1982) insistió en Europe and the People Without History: “human populations construct their cultures in interaction with one another, and not in isolation”. Interacciones que en cada uno de los casos conocidos toma la forma de movimientos recíprocos, relaciones de poder, transacciones que son el medio de producción de vínculos sociales y simbólicos que deben actualizarse permanentemente en condiciones económicas y sociales heredadas y no elegidas.

La materia básica de las relaciones interculturales reposa sobre la reciprocidad, en las obligaciones de dar, recibir y devolver que adquieren los actores.  Procesos de intercambio cuyos ciclos deben ser conservados y amplificados incluso cuando no existe la voluntad política para realizarlos o cuando se busca un ocultamiento de las asimetrías. Este asunto fue tempranamente observado por Claude Levi-Strauss quien reparó cómo Existe una vinculación, una continuidad, entre las relaciones hostiles y el abastecimiento de prestaciones reciprocas. Los intercambios son guerras resueltas en forma pacífica; las guerras son el resultado de transacciones desafortunadas.  Este rasgo se pone de manifiesto en el hecho de que el pasaje de la guerra a la paz, o por lo menos, de la hostilidad a la cordialidad se opera por intermedio de gestos rituales (1969: 107).

La reflexión arqueológica aborda recurrentemente la expresión y consecuencias de las interacciones culturales como vemos en el empleo de términos como contactos culturales, elementos foráneos, circuitos de interacción, esferas de cotradición, entre otros. En el estudio de la movilidad subyace la idea del establecimiento de redes y contactos culturales. La forma que toman las relaciones sociales como de los espacios culturales que se generan ha permitido el reconocimiento de relaciones fronterizas, interculturales, interétnicas como asimismo la definición de bordes o fronteras, espacios de interdigitación, zonas liminales. Los referentes y supuestos teóricos de estas formulaciones portan explícita e implícitamente nociones sobre las formas sociales y sus capacidades o agencias.

Aunque para muchos el fondo de la interacción cultural está incrustado en la economía, es igualmente evidente que estas circulaciones tienen un carácter social necesario para la activación de un network abierto a cuestiones tan diferentes como el ejercicio del poder, la construcción de identidades o la apertura a la innovación. Temas que este simposio espera explorar desde la arqueología, la bioantropología y la etnohistoria.

Simposio III: ESTRATEGIAS TECNOLÓGICAS Y MÉTODOS DE ANÁLISIS: APLICACIONES AL MATERIAL ARQUEOLÓGICO. Relatores: Fernanda Falabella G. (Departamento de Antropología, Universidad de Chile. ffalabella@vtr.net) y José Francisco Blanco (Departamento de Antropología, Universidad Alberto Hurtado. joblanco@uahurtado.cl).

La tecnología ha estado siempre en el centro de la investigación arqueológica. Su estudio fue basal a la construcción científica de la disciplina y, desde entonces, ha adquirido cada vez mayor relevancia como fenómeno eminentemente social. Existen distintas estrategias tecnológicas, quizá tantas como pueblos en el planeta o la historia. Esta gran diversidad de soluciones, a problemas para la reproducción social y de creaciones tecnológicas de nuevos campos de acción humanos, constituye parte importante de lo que impulsa nuestro análisis arqueológico de mundos pasados y presentes.

Las estrategias tecnológicas involucran a lo material, en distintas formas y escalas. Pero también, pueden plantearse como conjuntos de ideas, lógicas y prácticas que subyacen a sistemas económicos, ideológicos y de relaciones sociales; todos ellos de capital importancia para la definición de las identidades humanas que estudia la arqueología. El presente simposio define como su estrategia de convocatoria, a la transversalidad de las aproximaciones en el estudio de la tecnología, abarcando diversos énfasis teóricos, metodológicos y materiales.

Sus ponencias, en conjunto, deberían representar una amplia gama de procesos y decisiones involucradas en la manufactura, uso y descarte de objetos de toda índole. Así, esperamos que dialoguen las tecnologías en distintos materiales, sean éstos cerámicas, líticos, metales, botánicos, faunísticos, textiles o cesterías, entre muchos otros posibles. Invitamos, también, a la discusión entre métodos de análisis, en escalas amplias y comparativas que permitan, a las distintas especialidades, interactuar y aprender cada uno del otro, de la manera más integrativa posible

Simposio IV: SOCIEDADES HUMANAS Y MEDIOAMBIENTE. Relatores: Isabel Cartajena (Departamento de Antropología, Universidad de Chile.  isabel.cartajena@gmail.com) y Calogero M. Santoro (Instituto de Alta Investigación, Universidad de Tarapacá. calogero_santoro@yahoo.com).

El último máximo glacial fue escenario de una expansión planetaria del Homo sapiens que alcanzó hasta América en fechas aún en debate. Independientemente de la antigüedad de este ingreso y dispersión hacia los 11.000 a 10.000 años (calibrados) los rincones más recónditos del continente, como los altos Andes, la Patagonia Austral, el Desierto de Atacama ya habían sido adoptados por distintos grupos sociales que dieron inicio a procesos socioculturales relativamente independientes. 9.000 a 8.000 años más tarde los europeos que recolonizaron el continente se encontraron con una diversidad de pueblos con idiomas, sistemas de creencia y organización socio política, que para el caso de los Andes, según lo registrado por John Murra (2002), los llevó a decir «Nos hazen mucha ventaja», luego de sus primeras impresiones y percepciones acerca de los «logros andinos».

Mientras Rafaela Carra gritaba a los cuatro vientos en los años setentas que “para hacer bien el amor hay que venir al sur”, Nino Bravo declaraba, por la misma época, que cuando Dios había creado el Edén había pensado en América. América es un territorio ideal para la expansión humana, más aún hacia finales del Pleistoceno (ca. 25.000-20.000 años calibrados antes del presente) cuando cazadores recolectores estaban equipados con tecnologías y experiencias para enfrentar todo tipo de ecosistemas: selvas, costa, pampas y montañas, que hasta ese momento eran ambientes prístinos con escasos elementos o condiciones peligrosas o adversas al desarrollo de la especie, lo que les permitió, por ejemplo, muy tempranamente lograr incluso romper la barrera de territorios con hipoxia.

Este simposio está dirigido a abrir debate sobre los distintos procesos de humanización de América con especial referencia a los sistema ecológicos que forman parte del territorio en el que se circunscribe Chile, pero con una visión que evite el modelo de análisis que se asemeja al juego de niños “Buenos días su señoría mantantirulirula”, vale decir encerrados en las férreas líneas fronterizas de los actuales países de Sud América; que en nada se comparan con la interacción territorial que desarrollaron las sociedades humanas hasta comienzos del siglo 19.

Por lo tanto, se espera que los participantes presenten panoramas globales interdisciplinarios y transnacionales sobre temáticas y problemas como modelamiento de los procesos de colonización y dispersión de grupos humanos; las series de radiocarbono, demografía, procesos culturales y cambios ecológicos; lecciones del pasado, trayectorias socio-culturales y posible procesos de ecocidio, sus efectos en los grupos humanos y los ecosistemas; poblamiento inicial de Sud América, visiones transnacionales desde distintos territorios del cono sur; Procesos de desarrollo y transformación de sociedades de cazadores recolectores durante el Holoceno; procesos avanzados de domesticación de los territorios.

Simposio V: COSTUMBRES Y DIETA EN ALIMENTACIÓN: CONFLUENCIA ENTRE NATURALEZA, CULTURA Y SOCIEDAD. Relatores: María Teresa Planella (Sociedad Chilena de Arqueología. mtplanella@gmail.com), Rafael Labarca (Instituto de Ciencias de la Tierra & Evolutivas, Facultad de Ciencias, Universidad Austral de Chile. r.labarca.e@gmail.com) y Virginia McRostie (Departamento de Antropología, Pontificia Universidad Católica de Chile. vimcrostie@uc.cl).

La alimentación en el ser humano tiene tan largo historial como la presencia misma de la Humanidad en la Tierra, ya que es uno de los procesos más esenciales de los seres vivos, inherente a la procuración de nutrientes y energía que sostienen la sobrevivencia. La contemplación de la naturaleza, experimentación y selección han sido actitudes que confluyen en un marco de interacción definido por su origen social y cultural y por tanto, diverso. Desde esta perspectiva, la alimentación “es el lugar de encuentro entre la naturaleza y la cultura” (Hastorf 2017).  No obstante, hay una larga cadena de pasos y actividades incluidas en esta línea conceptual, que culminan con la ingesta misma de un alimento y que muestran cambios o variaciones en sus conjuntos artefactuales, así como de recursos vegetales y faunísticos a lo largo del tiempo y de los desarrollos culturales en las sociedades del pasado.

De ahí que se amplían los marcos de investigación hacia temas estrechamente relacionados entre sí. Interesan los diversos ecosistemas y estacionalidad; los artefactos adecuados a la caza, pesca y recolección o a la producción de alimentos; morteros, molinos, manos, y procesamientos; recipientes o vasijas y sus contenidos en residuos de origen animal o vegetal  y datos de comensalidad y estatus; domesticación; tipos de depósitos para almacenamiento; los contextos de uso; experimentación en combinaciones de productos con atributos y composiciones químicas diferentes; la movilidad de los grupos e intercambio; los posibles significados sociales y económicos;  y el aporte de las etnocategorías botánicas  y etnografía en general, que delatan percepciones culturales locales y particulares de la naturaleza y su aprovechamiento.

Los contenidos de este simposio se proponen con espacios equilibrados entre las investigaciones arqueofaunísticas, arqueobotánicas, trabajos sobre dieta e isótopos estables y antropología física. Interesan también temas relacionados con modos tradicionales de preparación de alimentos aportando a la memoria social y recreación de identidades locales o regionales, y también aquellos que registran evidencias del impacto y cambios producidos por la introducción de recursos y tecnologías europeas.

XXI Congreso Nacional de Arqueología Chilena

 

 

El Departamento de Antropología de la Universidad Alberto Hurtado y la Sociedad Chilena de Arqueología convocan a la participación en el XXI Congreso Nacional de Arqueología Chilena, el cual se realizará en la sede de esta universidad en la ciudad de Santiago entre los días 3 y 7 de diciembre de 2018.

En esta oportunidad se introducirán modificaciones en la manera que tradicionalmente se han organizado los congresos nacionales. Por un lado, se desarrollará una nueva dinámica en el espacio dedicado a los simposios, en busca de reuniones que sean más trasversales, integradoras y debatidas. Para esto, si bien se mantendrá la libre postulación de simposios por parte de posibles interesados, reservaremos espacio para la realización de cinco simposios sobre temas que la Comisión Organizadora considera pueden lograr el efecto buscado. Cada uno de estos simposios ha sido encargado a dos reconocidos(as) especialistas en dichos campos, que deberán decidir sobre las ponencias que se postulen y hacer las otras tareas habituales de un relator (comunicación, edición, estructura, etc.), aunque una de sus funciones cruciales será convocar al simposio al menos a cinco investigadoras(es) o equipos de investigación específicos que en su conjunto puedan lograr el objetivo de entregar una visión trasversal de la temática de la reunión.

A la vez, los Simposios Regionales, que en los últimos Congresos han recibido presentaciones sobre temas no cubiertos por los Simposios Temáticos, serán reemplazados por Sesiones de Comunicaciones organizadas en torno a unidades que agrupan a los principales tipos de sociedades que se pueden reconocer en el registro arqueológico en el territorio nacional y áreas vecinas. A saber, sociedades cazadoras y recolectoras; sociedades que se inician en la agricultura, pastoreo y/o producción alfarera; sociedades agrícolas y/o pastoras; sociedades durante el periodo inka; y sociedades de los periodos colonial y republicano. Con ello se pretende reunir en una sola sesión a investigadores de distintas áreas geográficas, pero que estudian sociedades similares, nuevamente en vista de lograr una discusión trasversal.

Por su parte se mantienen los Paneles dedicados a temas bien fundamentados, con presentación de figuras y textos más apropiados para esta modalidad. Estos serán coordinados por la Comisión Organizadora, quien establecerá oportunamente las características de formato de los paneles. Los costos de diseño, diagramación y producción de cada panel serán responsabilidad de sus autores. Como en años anteriores estos paneles podrán ser presentados al proceso editorial para la publicación de las actas del congreso.

Los trabajos presentados en las distintas sesiones del congreso serán publicados como número especial del Boletín de la Sociedad Chilena de Arqueología, revista que actualmente se encuentra indexada en Latindex Catálogo. Por esta razón todos los artículos que se presenten serán sometidos al proceso editorial propio de esta revista.

 

Contacto: xxicnach@uahurtado.cl   / www.scha.cl/index.php/eventos/congresos-nacionales

 

COMISIÓN ORGANIZADORA

Sociedad Chilena de Arqueología 

Gloria Cabello B. (Presidenta)
Elisa Calás P. (Secretaria)
Daniela Valenzuela R. (Directora)

 

Universidad Alberto Hurtado
Luis E. Cornejo B.
Verónica Baeza D.
Victoria Castro R.
Boris Santander P.

 

 

Arqueología: Una de las ciencias chilenas que más impacto tienen en su respectivo campo a nivel mundial

 

A partir de la información publicada en la web por Scimago Journal & Country Rank es posible evaluar el impacto en sus respectivos campos que las disciplinas científicas de cada país tienen en el concierto internacional. Este portal utiliza la base de datos de Scopus que contiene información de 21.500 revistas científicas publicadas por 5000 editores internacionales, incluyendo aquellas indexadas en Web of Science. Esta fuente nos entrega información valiosa para pensar cuestiones como las políticas públicas en torno a la ciencia, los desafíos que enfrentamos como investigadores y, por cierto, la imagen social que cada práctica científica tiene en nuestro país.

Desde esta fuente de información hemos extraído los datos de Chile para el año 2015 de algunas de las disciplinas más conocidas de los campos de las ciencias naturales, las ciencias sociales y las humanidades1, considerando cuatro de los indicadores que ofrece: la cantidad de publicaciones (Tabla 1), el valor del índice H2 (Tabla 2), el número de citas y el número de auto-citas. Estos dos últimos valores los hemos relacionado, restando al número de citas el número de auto-citas, para producir un valor que represente el impacto global de las citas (Tabla 3).

Estos valores para las disciplinas científicas chilenas que hemos seleccionado se presentan además en comparación con el valor que alcanza el país que se encuentra en el primer lugar del ranking, señalando además la brecha o cantidad de veces que debieran crecer las ciencias nacionales para alcanzar a quien se encuentra en dicha posición, generalmente Estados Unidos, aunque China también ocupa algunas veces ese lugar.3

Tabla 1. Ranking por cantidad de publicaciones

N° Publicaciones Ranking N° Publicaciones N° Máximo Brecha
Astronomía 13 815 5911 7,3
Arqueologia 20 65 1009 15,5
Historia 22 130 4131 31,8
Oceanografía 29 139 3593 25,8
Antropología Social 29 68 2164 31,8
Ecología 30 221 8125 36,8
Paleontología 32 41 2370 57,8
Sociología 33 180 9855 54,8
Psicología 34 251 22796 90,8
Cs. Políticas y RRII 36 53 6250 117,9
Geología 36 102 5539 54,3
Geografía 38 126 4693 37,2
Matemáticas 39 785 28131 35,8
Neurociencias 39 228 22745 99,8
Genética 42 167 12041 72,1
Biología Molecular 43 203 18428 90,8
Bioquímica 45 214 17746 82,9
Cs. Computación 46 729 41237 56,6
Química 47 600 35610 59,4

La cantidad de publicaciones (Tabla 1) es, sin duda, el ranking que mejor posiciona a la arqueología chilena, superada sólo por la astronomía, con una brecha de sólo 15,5 veces la productividad de la arqueología estadounidense que se encuentra en el tope del ranking.  Esto, ciertamente contrasta con las 75 veces que tendría que crecer el PIB chileno para alcanzar a Estados Unidos. Este nivel, sin embargo, se logra con sólo cerca del 1,2%4 del financiamiento total de proyectos regulares de FONDECYT en el 2015, la principal y casi única fuente de financiamiento de la investigación arqueológica en Chile.

A nivel latinoamericano, Chile está muy cerca de México, que se encuentra en el lugar 17, y a una distancia mayor del impresionante quinto lugar de la arqueología argentina, la cual tiene una brecha de productividad con la arqueología norteamericana de solo 4,6 veces, pese a su brecha en el PIB de 30,8. En este contexto destaca el hecho que Brasil, una potencia latinoamericana, se encuentra en cuarta posición en este rankings, así como en el ranking de citas de impacto global, aunque destaca por los significativos valores que alcanza su Antropología Social (N° Publicaciones = 15, Citas de Impacto Global = 23 y Índice H = 11).

En relación a la cantidad de citas de impacto global (Tabla 2) la posición de la arqueología chilena es también significativa, sólo superada por la importante marca lograda por la sociología y el primer lugar de la astronomía. No obstante, debemos considerar que la brecha de la arqueología es bastante menor que la de la sociología. En el concierto latinoamericano respecto a este valor, la posición de la arqueología chilena en un poco mejor, ya que esta sólo 2 puestos debajo de Argentina (Ranking 27) y muy por sobre México (Ranking 48).

Tabla 2. Ranking por cantidad de citas de impacto global

N° Citas globales Ranking N° Citas N° Máximo Brecha
Astronomía 12 834 2711 3,3
Sociología 26 25 937 37,5
Arqueologia 29 8 189 23,6
Paleontología 31 14 410 29,3
Oceanografía 32 28 683 24,4
Ecología 34 64 1643 25,7
Historia 35 4 223 55,8
Geología 36 40 881 22,0
Cs. Políticas y RRII 37 5 296 59,2
Matemáticas 37 134 3224 24,1
Geografía 38 26 750 28,8
Psicología 38 48 3602 75,0
Neurociencias 39 126 8010 63,6
Biología Molecular 41 113 8612 76,2
Antropología Social 42 3 178 59,3
Cs. Computación 42 126 5270 41,8
Bioquímica 43 97 8839 91,1
Genética 43 100 5612 56,1
Química 51 187 20569 110,0

El ranking del Índice H (Tabla 3) es talvez la medida más sustantiva de las tres, ya que precisamente busca un equilibrio entre la cantidad de publicaciones y la cantidad de veces que esas publicaciones son citadas y ha probado ser una muy buena manera de caracterizar la producción científica de un país, disciplina, universidad o individuo (p.e. Jipa et al. 2013). En este ranking,  en Chile la arqueología se ubica en el cuarto lugar, superada sólo por la ecología, la oceanografía y la astronomía, todas ellas consistentemente con una brecha menor que la arqueología.  En el nivel latinoamericano Chile es superado levemente por Brasil (Ranking = 32) y México (Ranking = 31) y, a una distancia claramente mayor, por Argentina (Ranking = 23).

Tabla 3. Ranking por índice de impacto H

Índice Hirsch Ranking Índice H H Máximo Brecha
Astronomía 12 150 418 2,8
Oceanografía 31 58 278 4,8
Ecología 32 70 370 5,3
Arqueologia 33 20 123 6,2
Geología 35 50 273 5,5
Paleontología 36 41 251 6,1
Biología Molecular 36 96 676 7,0
Antropología Social 36 23 199 8,7
Cs. Computación 37 85 711 8,4
Neurociencias 37 75 650 8,7
Sociología 37 30 362 12,1
Geografía 38 30 199 6,6
Bioquímica 39 89 645 7,2
Psicología 41 42 658 15,7
Historia 42 11 129 11,7
Matemáticas 43 67 558 8,3
Genética 45 71 659 9,3
Cs. Políticas y RRII 47 11 139 12,6
Química 48 88 767 8,7

En síntesis, estos datos revelan que la arqueología chilena, así como la de los otros países latinoamericanos a los cuales nos hemos referidos, se encuentra en una posición relativa en el concierto internacional que es mucho mayor que la inversión que el país hace en ella y, a la vez, demuestra el esfuerzo de investigadoras e investigadores chilenos hacen por integrar su práctica en el contexto globalizado de la ciencia contemporánea. Estos números nos permiten también fijar metas a alcanzar y políticas a debatir, especialmente si prestamos atención al modelo que ha llevado a Argentina a ocupar un importante lugar en el concierto internacional.

Ciertamente, esta mirada cienciométrica puede ser objeto de cuestionamientos. Entre ellos podemos considerar el dominio que el mundo anglosajón tiene de la producción científica, al cual la ciencia de países como Chile deben someterse, la inversión que países subdesarrollados hacen en generación de conocimiento básico que luego es explotado tecnológicamente por las grandes potencias o a la generación de un panorama científico en el cual los objetivos del conocimiento han sido remplazados por el alcanzar determinada posición en estos rankings. Sin embargo, creemos que nos pueden ayudar a pensar en torno  al desarrollo de la arqueología como una ciencia que, como tal, debe ser universal y cuyos productos deben ser adecuadamente sometidos a la justa evaluación de pares.

 

Luis E. Cornejo B. (Departamento de Antropología, Universidad Alberto Hurtado)

 

Nota

 1) No hemos incluido aquí al campo de la medicina, la cual tiene en la anatomía a su mejor exponente que alcanza la posición 18 en la cantidad de publicaciones.

 2) El índice h (Indice de Hirsch) es una métrica que pretende medir tanto la productividad como  su impacto o citas, señalando el valor de h el número de publicaciones que han sido citadas al menos la misma cantidad de veces. Entonces si un valor h es por ejemplo 5, significa que al menos 5 publicaciones ha sido citadas al menos 5 veces.

3) China alcanza la primera posición del ranking en número de publicaciones en Ciencias de la Computación, Geología, Matemáticas y Química.

4) Datos obtenidos desde el sitio web de FONDECYT. Las informaciones de asignación de recursos se publican por grupo de estudio. El grupo de Antropología y Arqueología obtuvo el 2,4% del total en el 2015 y ese año se aprobaron 5 proyectos de arqueología, aunque no se publica la cifra exacta de cada proyecto, por lo cual hemos estimado que corresponderían al 1,2%.

 

Referencia

SCImago, 2007. SJR — SCImago Journal & Country Rank. Acceso, 28 de diciembre 2016, desde http://www.scimagojr.com

Jipa, S., L. Gorghiu, C. Dumitrescu y C. Oros. 2013. The Hirsch Index – A Multiple Use Scienometric Indicartor. Journal of Science and Arts 2(23): 191-200